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Dietary sodium reduction lowers 10-year atherosclerotic cardiovascular disease risk score: Results from the DASH-sodium trial

Knauss HM, Kovell LC, Miller ER 3rd et al

20 de mayo de 2025

Autor del comentario: Gilberto Pérez López. Médico Especialista en Endocrinología y Nutrición. Clínica EndoPedia. Madrid

Objetivo del estudio: Evaluar el impacto de la reducción de sodio en la dieta, tanto de forma aislada como combinada con la dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), en el riesgo estimado de enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ECVA) a 10 años.

Contexto del estudio: Previamente se demostró que la dieta DASH reduce factores de riesgo cardiovascular, como la tensión arterial y el colesterol LDL. Sin embargo, el papel específico de la reducción de sodio en el riesgo de ECVA no estaba claro, especialmente en combinación con esta dieta.

Población de estudio: Ensayo controlado aleatorizado con dos brazos (dieta DASH vs. Dieta normal) y tres niveles de ingesta de sodio (alta, media, baja) en periodos de 30 días.412 adultos (57% mujeres) con tensión arterial elevada (tensión arterial sistólica: 120-159 mmHg; diastólica: 80-95 mmHg) sin enfermedad cardiovascular previa, diabetes o enfermedad renal.

Novedades que plantea el artículo: 
  • Efecto aditivo: La combinación de dieta DASH e ingesta baja de sodio redujo el riesgo de ECVA en un 14.1%, superando los beneficios individuales de cada intervención.
  • Impacto diferenciado: La reducción de ingesta de sodio demostró mayores beneficios en mujeres (-11.2%).
  • Reducción moderada: Incluso una disminución moderada de sodio (nivel medio) tuvo efectos significativos,

Limitaciones del estudio: La duración de cada intervención fue de 30 días, lo que limita la evaluación de efectos a largo plazo. No se incluyeron personas con diabetes, enfermedad renal o cardiovascular previa.

Aplicabilidad clínica del estudio: Priorizar la dieta DASH (frutas, vegetales y lácteos bajos en grasa) y reducir el sodio (limitar la ingesta a < 2,300 mg/día) en mujeres y en pacientes con hipertensión arterial no controlada.

Perspectivas de investigación derivadas del estudio: Estudios a largo plazo para evaluar el impacto en eventos cardiovasculares reales (no solo riesgo estimado), investigar en poblaciones excluidas (pacientes con diabetes y/o con enfermedad renal) y validación del uso de nuevas herramientas de cálculo de riesgo, como el modelo PREVENT.

Opinión personal del estudio:El estudio es robusto metodológicamente y refuerza la importancia de las intervenciones dietéticas en prevención cardiovascular. Sin embargo, la exclusión de grupos vulnerables (diabetes y enfermedad renal) y la corta duración de las intervenciones limitan la traslación inmediata a la práctica clínica general, aunque los resultados sugieren efectos beneficiosos.

Conclusiones principales del estudio: 
  1. La dieta DASH y la reducción de la ingesta de sodio reducen independientemente el riesgo de ECVA, con efectos aditivos al combinarse.
  2. Los beneficios son más pronunciados en grupos específicos, lo que sugiere estrategias personalizadas.
  3. Estos hallazgos respaldan las recomendaciones actuales de combinar patrones dietéticos saludables con restricción de sodio

Definition and diagnostic criteria of clinical obesity. Lancet Diabetes Endocrinol

Francesco R, David E C, Robert H E, Ricardo V C, John P H W, Wendy A B, Fatima C S, Rachel L B, I Sadaf F, Nathalie J F-L, Carel W R, Naveed S, Louise A B, Katherine M M, Anoop M, Takashi K, Kwang Wei Tham, Priya S, W Timothy G, John P K, José-Manuel F-R, Barbara E C, Hermann T, Alexander K, Robert F K, Francesco B, Jonathan V, Matthias B, Stefan R B, Harvey J G, Eric R, Edward G, Noor B Al Busaidi, Nasreen F A, Ebaa Al Ozairi, Lena M S C, Karine C, Jean-Pierre D, John B D, Gauden G, Lee M K, Blandine L, Martine L, Soo Lim, Jesús R L F, Vicki M M, Joseph N Jr, Agbo U, Magdalena O-G, An Pan, Francois P, Philip R S, Matthias H T, Maria T van der Merwe, Roberto V, Geltrude M

23 de abril de 2025

Autor del comentario: María del Carmen Andreo López. Médico Especialista en Endocrinología y Nutrición Clínica. Hospital Universitario San Cecilio de Granada. Miembro del Área de Nutrición de la SEEN. 

Objetivo del estudio: proponer una nueva definición y criterios diagnósticos para la obesidad clínica. Esta redefinición tiene como objetivo mejorar la precisión en el diagnóstico de la obesidad y garantizar que las personas que necesitan intervenciones preventivas o terapéuticas sean identificadas adecuadamente. Al considerar factores adicionales más allá del IMC, se busca una evaluación más integral y personalizada de los riesgos asociados al exceso de adiposidad.

Contexto del estudio: Trabajo realizado por un grupo internacional de más de 60 expertos en obesidad y disciplinas relacionadas. Este equipo multidisciplinario incluye especialistas en endocrinología, cirugía bariátrica, medicina interna, nutrición y salud pública, provenientes de diversas instituciones académicas y médicas alrededor del mundo. Su colaboración refleja un esfuerzo conjunto para redefinir y estandarizar los criterios diagnósticos de la obesidad clínica a nivel global.

Población de estudio: se ha llevado a cabo por un proceso de consenso Delphi que utilizó esta técnica estructurada para alcanzar un acuerdo entre los expertos sobre las definiciones y criterios diagnósticos propuestos. Este método es comúnmente empleado para obtener consensos en temas donde la evidencia puede ser limitada o controvertida. ​Además, han participado personas con experiencia vivida para asegurar que las perspectivas de los pacientes fueran consideradas.

Novedades que plantea el artículo: Este trabajo redefine la obesidad como enfermedad clínica e introduce una nueva categoría diagnóstica, la obesidad preclínica. Además, reconoce las limitaciones del índice de masa corporal (IMC) y aboga por tratar la obesidad como una condición médica legítima y no como fallo personal.

Limitaciones del estudio: Se ha aplicado la metodología Delphi para alcanzar consenso y este método puede favorecer el “pensamiento grupal” y reducir la objetividad. También, podría darse en este trabajo un sesgo de representación; ya que, la mayoría de los comisionados representan países de altos ingresos (EEUU y Europa). Además, el enfoque del análisis está basado en revisiones narrativas y opinión de experto (baja evidencia).

Aplicabilidad clínica del estudio: Propone una nueva definición de obesidad con la idea de ayudar a los profesionales de la salud a identificar con mayor exactitud quién tiene obesidad clínica (con daño funcional) y quién obesidad preclínica (riesgo futuro). Además, pretende facilitar una evaluación más individualizada del riesgo, más allá del IMC, considerando el impacto real del exceso de adiposidad en la salud del paciente. Con todo ello, los expertos persiguen mejorar la adecuación del tratamiento en las personas con obesidad. 

Perspectivas de investigación derivadas del estudio: Pese a ser numerosas, destaco: El reto de identificar un marcador bioquímico que complemente parámetros de composición corporal y refrende el criterio diagnóstico de exceso de adiposidad. Además, el enfoque de este trabajo está basado en revisiones narrativas y opinión de expertos según la evidencia disponible. Por tanto, realizar un nuevo trabajo basado en revisiones sistemáticas y metaanálisis sería necesario para arrojar mayor evidencia en esta temática.

Opinión personal del estudio: Este artículo me parece interesante porque consigue poner el foco en la obesidad como entidad que requiere mayor atención en la actualidad. Destacaría la necesidad que plantea de optimizar y personalizar los enfoques terapéuticos y preventivos en el paciente obeso, reconociendo que no todos los pacientes se benefician de las mismas estrategias. A su vez, considero relevante que el texto no solo interpela al ámbito médico, sino que también invita a los responsables políticos a tomar acción, subrayando la urgencia de diseñar e implementar estrategias de salud pública frente a una condición cada vez más prevalente y con alto impacto en la calidad de vida de las personas.

Conclusiones principales del estudio: propone una distinción clave entre obesidad clínica (exceso de grasa que ya ha causado daño en órganos o tejidos) y obesidad preclínica (exceso de grasa sin daño orgánico evidente, pero con mayor riesgo de progresión a enfermedad). Representando la obesidad clínica, un estado patológico claro y justificando intervenciones médicas prioritarias.
 

The usefulness of the updated bioelectrical impedance vector analysis references for assessing malnutrition, sarcopenia and predicting mortality in hospitalized patients

Guerrini A, Rovere LD, Fernández-Jiménez R, Hardy-Añón C, Herola-Cobos C, Garcia-Olivares M, Fernández JA, Sánchez FH, Jiménez VM, Aguilar IV, Castro AA, Khazrai YM, Campa F, García-Almeida JM.

24 de marzo de 2025

Autor del comentario:  Dra Cristina Tejera, FEA Endocrinología y Nutrición, Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol

Objetivo del estudio:
El estudio tiene como objetivo evaluar la utilidad de los nuevos estándares de referencia de la Bioimpedancia Vectorial (BIVA) para identificar la desnutrición, la sarcopenia y predecir la mortalidad en pacientes hospitalizados. 

Contexto del estudio:
La desnutrición y la sarcopenia son frecuentes en pacientes hospitalizados y se asocian con un peor pronóstico clínico, mayor estancia hospitalaria y mayor mortalidad. La bioimpedancia eléctrica (BIA) se usa ampliamente para evaluar la composición corporal, pero presenta limitaciones cuando se basa solo en ecuaciones predictivas. La BIVA es una técnica alternativa que analiza los parámetros bioeléctricos en un gráfico de resistencia y reactancia, proporcionando una visión más precisa de la hidratación y masa celular. Los estudios previos han utilizado referencias de BIVA de 1995, pero recientemente se han propuesto nuevas elipses de referencia que podrían mejorar la evaluación del estado nutricional y el pronóstico de los pacientes.

Población de estudio:
Se incluyeron 2.872 pacientes hospitalizados en el Hospital Quirónsalud Málaga entre enero de 2019 y enero de 2024. Se excluyeron pacientes pediátricos, embarazadas, estancia hospitalaria < 72 horas y pacientes con condiciones que impidieran la medición de BIA (edema severo, amputaciones, lesiones cutáneas extensas). Se diagnosticó desnutrición según los criterios GLIM y sarcopenia según las guías EWGSOP2. La mortalidad se definió como fallecimiento en el plazo de un año tras el alta hospitalaria.

Novedades que plantea el artículo:
Uso de nuevas referencias de BIVA: se comparan los valores de 1995 con los recientemente actualizados, mostrando que estos últimos tienen mayor precisión en la identificación de pacientes en riesgo.
Mejor discriminación de riesgo de mortalidad:  los vectores bioeléctricos de los pacientes con malnutrición / sarcopenia / fallecidos a 12 meses se desplazan más allá de la elipse del 75% y del 95% en las nuevas referencias.
Mayor precisión pronóstica: Los pacientes con vectores fuera de la elipse del 95% presentan un riesgo 6,22 veces mayor de mortalidad a 12 meses.
Importancia del ángulo de fase (PhA): Se confirma que valores bajos de PhA (<5°) están relacionados con peor estado nutricional, sarcopenia y mayor riesgo de mortalidad.

Limitaciones del estudio:
Se trata de un estudio observacional y retrospectivo, lo cual limita la capacidad de establecer causalidad. Falta de datos completos en todos los pacientes: no se obtuvo dinamometría en más de la mitad de los pacientes, lo que limitó la evaluación de la sarcopenia. La exclusión de determinados pacientes como aquellos con edema severo o amputaciones podría afectar la aplicabilidad de los resultados en estas poblaciones. Aunque la muestra es grande, la extrapolación a otros centros y poblaciones puede requerir validación externa, ya que el estudio está hecho en un único centro.

Aplicabilidad clínica del estudio:
Identificación temprana de desnutrición y sarcopenia: BIVA con nuevas referencias puede ser una herramienta útil para predecir la desnutrición en pacientes hospitalizados, facilitando la intervención nutricional temprana.
Mejora en la predicción de mortalidad: el desplazamiento de los vectores bioeléctricos fuera de la elipse del 95% es un fuerte predictor de mortalidad, lo que podría ayudar a priorizar el soporte nutricional y rehabilitador.
Optimización del manejo clínico: Incorporar la BIVA con las nuevas referencias en la evaluación nutricional rutinaria podría mejorar la estratificación del riesgo y el pronóstico en pacientes hospitalizados.

Perspectivas de investigación derivadas del estudio:
Validación en diferentes poblaciones: se necesita evaluar si los nuevos valores de referencia son aplicables a diferentes grupos étnicos, edades y tipos de enfermedades.
Impacto de la intervención nutricional: estudios prospectivos podrían analizar si la implementación de estrategias nutricionales basadas en BIVA mejora los resultados clínicos.
Uso en unidades específicas: la utilidad de BIVA debería evaluarse en unidades concretas como unidades de críticos, Oncología y Geriatría, donde la desnutrición y la sarcopenia son prevalentes.
Desarrollo de algoritmos predictivos: incorporar BIVA en modelos de inteligencia artificial podría mejorar la predicción de resultados clínicos.

Opinión personal del estudio:
Este estudio es relevante y aporta evidencia sólida sobre la importancia de actualizar los valores de referencia de la BIVA en la evaluación nutricional hospitalaria. La metodología es adecuada y la muestra es amplia, lo que refuerza la validez de los hallazgos. Sin embargo, el estudio tiene limitaciones que deben ser abordadas en futuras investigaciones, como la falta de datos de dinamometría y la necesidad de estudios prospectivos que confirmen la utilidad clínica de BIVA en la toma de decisiones terapéuticas.
 
Conclusiones principales del estudio:
 Las nuevas referencias de BIVA mejoran la identificación de pacientes con desnutrición y sarcopenia en comparación con los valores tradicionales. Los pacientes con vectores fuera del 95% en las nuevas referencias tienen un riesgo 6,22 veces mayor de mortalidad, lo que refuerza la importancia de esta técnica como herramienta pronóstica.Los valores bajos del ángulo de fase (<5°) se asocian con malnutrición, sarcopenia y mayor mortalidad. BIVA con nuevas referencias debería implementarse en la evaluación nutricional hospitalaria, ya que permite una estratificación más precisa del riesgo y puede guiar intervenciones terapéuticas.

Effects of high-protein supplementation during cancer therapy: a systematic review and meta-analysis.

Orsso CE, Caretero A, Poltronieri TS, Arends J, de van der Schueren MA, Kiss N, Laviano A, Prado CM.

30 de enero de 2025

Realizado por:  Carmen Aragón Valera

Objetivo del estudio/metaanálisis:
Evaluar la eficacia y seguridad de la suplementación hiperproteica (con más de 10g de proteína extra al día) en pacientes que se encuentran en tratamiento oncológico activo.

Contexto del estudio/metaanálisis:
Los pacientes con cáncer que reciben quimioterapia sufren efectos secundarios del tratamiento que afectan a su estado nutricional, a su vez la desnutrición y la pérdida de masa muscular empeoran el pronóstico y la calidad de vida. Varios trabajos han estudiado los efectos de la suplementación oral completa pero hay pocos datos del efecto de la suplementación exclusiva con proteínas.

Población de estudio/metaanálisis:
3701 pacientes mayores de 18 años en tratamiento oncológico de cualquier tipo en 22 países, incluyendo un estudio español y varios europeos.
Novedades que plantea el artículo.Habitualmente se realizan estudios con fórmulas nutricionalmente completas pero en este se busca el efecto exclusivo de la suplementación con proteínas en diferentes formas (mezcla de aminoácidos, aminoácidos individuales, módulo proteico, etc.)
Limitaciones del estudio:Según los propios autores se han excluido pacientes que recibieron inicialmente consejo dietético de forma exclusiva y en cambio se incluyeron trabajos en los que la suplementación proteica iba asociada a otras sustancias, como ácidos grasos w3 o hidroximetilbutirato. Otra limitación es que debido a las diferentes variables manejadas en cada estudio no es posible saber qué origen tiene la ganancia de peso, si es a expensas de masa libre de grasa o de grasa.

Aplicabilidad clínica del estudio:
La población de estudio es similar a los pacientes atendidos habitualmente en consultas de nutrición y además existen preparados comerciales de proteínas y aminoácidos por lo que esta suplementación es factible en la práctica clínica.
Perspectivas de investigación derivadas del estudio.  Con los resultados de este metaanálisis sería interesante plantear ensayos clínicos comparando suplementación oral completa con suplementación con proteínas y aminoácidos en patologías oncológicas específicas, en las que se asuma que los pacientes podrán recibir dieta oral durante todo el tratamiento, como por ejemplo en neoplasia hematológicas o en la adyuvancia de tumores digestivos una vez realizada la cirugía.

Opinión personal del estudio:
El metaanálisis está muy bien planteado y la exposición de los resultados muy bien estructurada y responde a lo que nos interesa a los médicos clínicos.
 
Conclusiones principales del estudio:
  • La suplementación proteica en pacientes oncológicos es segura.
  • Consigue frenar la pérdida de peso
  • Mejora la dinamometría de mano
  • Reduce hospitalizaciones
  • Posibles beneficios con menor consistencia: reducción de la toxicidad del tratamiento, mayor supervivencia.
  • No hay efecto sobre la calidad de vida.

The Global Incident Gastrointestinal Cancers Attributable to Suboptimal Diets From 1990 to 2018.

Yiting L, Xing J et al. Gastroenterology 2024; 167:1141–1151. doi: doi: 10.1053/j.gastro.2024.07.009

18 de diciembre de 2024

Autor del comentario:  José Antonio López Medina – Especialista en Endocrinología y Nutrición– Hospital Universitario Virgen de la Victoria. Málaga. Miembro del Área de Nutrición de la SEEN. 

Objetivo del estudio/metaanálisis:
La dieta influye significativamente en el riesgo de cáncer gastrointestinal (CGI). Una alimentación rica en grasas saturadas, carnes procesadas, y baja en fibra, frutas y verduras se asocia con un mayor riesgo de CGI. Factores como el consumo excesivo de alcohol, alimentos altamente procesados y la deficiencia de antioxidantes también contribuyen a este incremento en el riesgo.
Este metanálisis analiza la carga proporcional y la tasa atribuible a la dieta de 6 tipos de CGI, así como la incidencia total de estos cánceres a nivel mundial, en 184 países, entre 1990 y 2018.

Contexto del estudio:
Se recoge de forma exhaustiva y sistemática los metanálisis y las publicaciones en función de su grado de evidencia, identificando las asociaciones entre dietas subóptimas y 6 CGI y sus subtipos.

Grupo de trabajo:
Trabajo colaborativo entre los departamentos de epidemiología y bioestadística, así como del centro Hubei Cancer Hospital, Tongji Medical College de la Universidad de Huazhong de Ciencia y Tecnología y del Colorectal Cancer Clinical Research Center of Wuhan (China); y los departamentos de Epidemiología y de Nutrición de la Universidad de Harvard, Boston. Estados Unidos.


Población de estudio:
Se buscaron factores etiológicos alimentarios en seis tipos de CGI, incluidos el cáncer de esófago (CE), el cáncer en hígado (CH), el cáncer gástrico (CG), el cáncer de páncreas (CP), el cáncer de vesícula y tracto biliar (CCBGC) y el cáncer colo-rectal (CCR). En primer lugar, se identificaron 36 factores de riesgo dietéticos como posibles contribuyentes a los CGI mediante una revisión sistemática de la literatura internacional. El estudio encontró que una proporción significativa de los casos de CGI en 2018 fue atribuible a dietas subóptimas, una tendencia que se ha mantenido estable desde 1990, aunque los casos absolutos se duplicaron. Los principales factores de riesgo dietético en 2018 fueron el consumo excesivo de carne procesada, la ingesta insuficiente de frutas y cereales integrales, mientras que en 1990 destacaba la falta de verduras. Europa Central y Oriental, junto con Asia Central, tuvieron la mayor carga atribuible en ambas fechas estudiadas, y se identificó una correlación positiva entre el Índice Sociodemográfico y la incidencia atribuible.

Novedades que plantea el artículo:
En 2018, el 21,5% de los casos mundiales de CGI fueron atribuibles a dietas subóptimas, cifras relativamente estables desde 1990, pero se han duplicado los casos absolutos, y el impacto variando según el país, la región y factores demográficos como sexo, edad, educación y residencia urbana o rural.

Limitaciones del estudio:
En primer lugar, las culturas alimentarias son diversas, y centrarse solo en ciertos alimentos sin considerar métodos de cocción e interacciones alimentarias limita la precisión. En segundo lugar, la estimación atribuible a la dieta sobre el CGI no considera la obesidad como factor de riesgo. Por último, la falta de estudios prospectivos limita la representatividad global de los valores de riesgo relativo (RR) relacionados con dieta y CGI.

Aplicabilidad clínica del estudio
Teniendo presente que las dietas poco saludables siguen siendo responsables de más del 20% de los casos de CGI, estamos obligados desde el punto de vista sanitario a trabajar desde un punto de vista preventivo para mejorar la alimentación y reducir el impacto de este tipo de cáncer.

Perspectivas de investigación derivadas del estudio
Son necesarios estudios prospectivos a largo plazo que analicen cómo la dieta influye en el desarrollo de CGI, considerando la diversidad cultural y alimentaria; estudios que analicen la interacción entre dieta y otros factores de riesgo como la obesidad, genéticos, estilos de vida o exposición ambiental, así como estudios que evalúen cómo las dietas inadecuadas pueden ver su impacto amplificado en el CGI ante cambios demográficos como el envejecimiento y el crecimiento poblacional.

Opinión personal del estudio
Metanálisis consistente y de referencia sobre la dieta y el CGI. Ningún estudio anterior había examinado de forma exhaustiva la incidencia de CGI atribuible a la dieta, y comparando su variación a lo largo de varias décadas.

Conclusiones principales del estudio
En 2018, el 21,5% de los nuevos casos de cáncer gastrointestinal (CGI) a nivel mundial se atribuyeron a una dieta inadecuada. Los principales factores de riesgo fueron el consumo excesivo de carnes procesadas y la ingesta insuficiente de frutas y cereales integrales. Esta carga de CGI estuvo positivamente relacionada con el Índice de Desarrollo Socioeconómico (IDS) y varió según las regiones, siendo mayor en Europa Central y Oriental, Asia Central, América Latina, el Caribe y países de renta alta. Estos hallazgos resaltan la importancia de implementar intervenciones de salud pública específicas en diferentes regiones para reducir la incidencia de este tipo de cáncer.

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