El ejercicio físico es uno de los tratamientos principales de la diabetes, especialmente por los beneficios que supone para el estado de salud general de las personas con diabetes. Sin embargo, es necesario implementar programas educativos que aseguren la práctica de ejercicio físico con seguridad, especialmente en aquellas personas que utilizan insulina.
Estos programas educativos deben incluir contenidos relacionados con el conocimiento de efecto glucémico de cada tipo de ejercicio y la adaptación de las pautas de insulina y de alimentación, insistiendo en aspectos como el conteo de hidratos de carbono de alimentos o la prevención y tratamiento de episodios de hipoglucemias.