“Tito Charro”, como todos le conocíamos, falleció el pasado 26 de septiembre, dejando un recuerdo entrañable en el mundo de la Endocrinología por su dedicación constante al conocimiento y expansión de la especialidad. Pero, también a los que le conocieron más de cerca, por su entusiasmo, compromiso, honestidad y sentido crítico vital.
Apasionado del deporte, de la historia, de la música, del mar, de su Galicia natal. Natural de Santiago de Compostela, allí se licenció y doctoró en Medicina. Se formó en la Fundación Jiménez Díaz y emprendió un largo periodo de estancias en el extranjero (Edimburgo, Copenhagen, San Francisco, Nueva Orleans), aprendiendo de los mejores, como Peter Forsham (pionero en la cateterización de venas adrenales), o de Andrew Schally, premio Nobel de Medicina (1977), por sus trabajos sobre LHRH.
Aterrizó en el Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, para hacerse cargo de la creación de un nuevo Servicio de Endocrinología y Nutrición, a principios de los ochenta, impregnándolo de un fuerte espíritu de investigación que ha perdurado hasta nuestros días. Además de la jefatura de Servicio, fue catedrático de Endocrinología y Nutrición.
Su afán por mejorar el ámbito de la especialidad le llevó a ser el presidente de la SEEN (1984-86), presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad (1992), presidente de SENDIMAD (1992) o presidente de ASOMEGA (Asociación de Médicos Gallegos) en 1993.
Aunque la neuroendocrinología fue su área de interés, sin lugar a duda se esforzó para que el apellido “Nutrición” resaltase en negrita en nuestro título oficial de Endocrinología y Nutrición. Así, fue el impulsor y primer coordinador del grupo de Nutrición de la SEEN (1994) y responsable de la estrategia NAOS del Ministerio de Sanidad (2003).
Adalid del estilo de vida en Galicia, algunos lo consideran el “padre de la dieta atlántica”, implicando en esta tarea a profesionales sanitarios, a la industria alimentaria y a políticos.
Ha recibido numerosos premios y reconocimientos, como la medalla de la SEEN, premio de la trayectoria de grupo de la SEEN, condecoraciones de la Xunta de Galicia, de la Universidad de Santiago de Compostela, del ayuntamiento de Baiona.
No era una persona que alardease de estos laureles porque sus triunfos personales residían en las distancias cortas, en el diálogo, el debate, la honestidad y la lealtad de una gran cantidad de amigos, con quien compartió numerosas anécdotas personales.
Tito Charro es historia de la SEEN. Se ha jubilado de la ciencia y de la vida, como se suele decir, hace unos momentos.
Sin duda, este pensamiento de Marañón puede aplicarse a su modo de vida: “Vivir no es solo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir” (Gregorio Marañón, Ensayos liberales, 1946).