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23 de octubre de 2024

Caso Clínico 59

Autora: Diana G Ariadel Cobo. Médica Especialista en Endocrinología y Nutrición. Adjunta Servicio de Endocrinología y Nutrición. Complejo Asistencial Universitario de León. Miembro del Área de Nutrición de la SEEN.

OBSTRUCCIÓN INTESTINAL ALTA DE LARGA EVOLUCIÓN
Paciente masculino de 54 años, sin alergias conocidas, con antecedentes de liposarcoma desdiferenciado de bajo grado que ha condicionado una obstrucción intestinal crónica. Ingresó por un cuadro de dolor abdominal constante, distensión abdominal severa y ausencia de deposiciones, asociado a vómitos intermitentes de contenido alimenticio. Durante su evolución, presentó carcinomatosis peritoneal con infiltración del mesenterio, epiplón mayor y asas intestinales, lo que causó estenosis a nivel del ángulo de Treitz y retención gástrica, impidiendo el adecuado tránsito intestinal.

Los estudios de laboratorio al ingreso mostraron anemia con hemoglobina de 8.3 g/dL, leucocitosis (13,700/µL), urea de 32 mg/dL, creatinina de 0.81 mg/dL, albúmina de 2.6 g/dL, y PCR elevada de 235.3 mg/L, indicativa de un proceso inflamatorio severo. Otros estudios previos evidenciaron un deterioro nutricional progresivo con niveles bajos de albúmina (2.3 g/dL) y aumento en los marcadores inflamatorios.

El paciente presenta un IMC 22 Kg/m2 con un % de pérdida de peso de 15 % en 3 meses, derivada tanto de la neoplasia avanzada como de la obstrucción intestinal crónica que impedía una adecuada ingesta y absorción de nutrientes. Esta condición fue manejada con nutrición parenteral total (NPT), que inicialmente se administró de forma hospitalaria y posteriormente se planificó para administración domiciliaria.

Durante el ingreso, se realizó la educación nutricional para el uso adecuado de la NPT en el domicilio, cumpliendo con todos los criterios necesarios para este tipo de nutrición. Se procedió a la colocación de un catéter venoso central tunelizado y una gastrostomía insertada radiológicamente (GIR) de drenaje gástrico para evitar el uso prolongado de SNG de descarga. Se realizó el seguimiento del paciente en consulta de nutrición alternando consultas telemáticas y presenciales.

Además, el paciente recibió quimioterapia paliativa con dos ciclos de adriamicina e ifosfamida, aunque sin mejoría significativa y con progresión tumoral. Presentó complicaciones abdominales con intolerancia oral. En los últimos ingresos, se observó una progresión del tumor intraabdominal, con infiltración masiva del intestino delgado, colon transverso y mesenterio, así como un derrame pleural bilateral y colecciones abdominales, y finalmente falleció tras 10 meses de seguimiento manteniendo una calidad de vida aceptable con independencia de las actividades de vida diaria.

Juicio diagnóstico: Liposarcoma desdiferenciado de bajo grado con progresión intraabdominal severa, infiltración mesentérica, y obstrucción intestinal crónica. Fallo intestinal con necesidad NPD: como soporte nutricional parenteral prolongado para mantener su estado nutricional y GIR de descarga gástrica para proporcionar  calidad de vida sin uso de SNG.

Conclusión: El uso de NPD a pacientes con criterios de uso, proporciona a los pacientes mejoría de la calidad de vida, es interesante valorar el uso de GIR de descarga para mejorar ese calidad de vida en obstrucciones intestinales altas en paciente paliativos sin otra posibilidad de mejorar el tránsito intestinal.

1. Según los criterios GLIM, ¿qué grado de desnutrición presenta el paciente?

2. ¿Cuál fue la intervención nutricional principal utilizada para tratar el estado nutricional del paciente?

3. ¿Cuál es la principal función de la PEG de descarga en este paciente?